Nunca he sabido abordar con acierto el tema de los sueños porque siempre me ha parecido un asunto lleno de radicalidad: Si no sueñas, no tienes ilusiones ni motivaciones y te conviertes en un conformista; por el contrario, si sueñas, corres el riesgo de que te cataloguen como una maestra de cetrería (por eso de los pájaros en la cabeza).
Con los sueños en el pensamiento, escribí este mini-cuento. Su protagonista es Marcelino Buenaventura y mi sueño más realista es no terminar pareciéndome a él.
"Marcelino Buenaventura siempre esperaba en el
mismo lugar de la plaza del pueblo. Todos los días salía de su casa, situada a
unos metros, acompañado de una pesada maleta que parecía contener las muchas y
pocas posesiones de un anciano que ha vivido mucho en años y poco en
experiencias. Todos lo conocían y respetaban: lo conocían porque todos los
habitantes del lugar pasaban con frecuencia por su lado; y lo respetaban porque
su mirada pensativa destellaba el saber que solo otorga la sensatez. Lo cierto
es que Marcelino pensaba y pensaba. Hacía tiempo que había tomado una gran
decisión (la única en muchísimos años): Tenía que cumplir su sueño. Había sido
un buen padre, un buen marido y un trabajador muy respetado y reconocido. Aún
así, él siempre había querido ser rico para viajar por el mundo. Su avanzada
edad y su ajustada pensión solo le daban motivos para pensar que nunca podría
alcanzar aquello que tanto deseaba. No obstante, un día, decidió hacer un
pequeño equipaje y cumplir su sueño. No tenía dinero, pero se las podría apañar
para alcanzar algún que otro destino de interés. En cuanto salía de su casa, se
preguntaba adónde querría ir y la respuesta nunca llegaba: tantos lugares en
los que nunca había estado que no sabía por dónde empezar; además, nunca podría
ir a todos esos sitios.
Todas las mañanas se quedaba sentando en un banco
de la plaza a la espera de su sueño. Así, a Marcelino Buenaventura se le
escaparon los últimos años de su vida. No disfrutó de su familia, ni de sus
amigos, ni siquiera vivió su sueño: únicamente pensó en él".